“Así me vestía, con la ropa del otro..Cuando tal vez era el otro, que deseaba vestirse como yo”. “Tus deseos en fragmentos”
Nacimos en un lugar que nos define como otro- otra que debemos construir. Tanto como individuo de una nación, estrato social, raza, genero, idioma religión e construcción identidad, nuestra formación va en pos de reafirmar, consolidar y valorizar esa identidad, a partir de las ficciones del discurso social- valórico de nuestro territorio y la época que nos toca vivir.
Ficciones que se trastocan y se trasmutan según quien define el ser del yo, que por ende plasmaran inmediatamente la apariencia, o diferencia frente a los otros.
Tal vez la opción por el arte y la dramaturgia nace de esa rebelión de sentirse otro, que no logra constituirse, ni como discurso, ni como institución, donde percibo nuestro concepto de realidad como simples ficciones de poderes o tan solo de convenciones sociales históricas, que permiten la sobrevivivencia de un sistema, digamos hoy la democracia neo liberal.
En nuestra especie la negación del otro, es la esencia del esclavismo, la dominación y las guerras. Y se vuelve inherente a nuestra construcción del ser.
La especie no logra su unicidad, a pesar de lo aparente unitario de nuestro planeta y de nuestra conformación genética. La multidimensionalidad que existe en nuestros cráneos, construye diversidades, a partir de sueños, pesadilla, o simplemente emociones..Amo el desorden, odio el orden etc.
Finalmente el amor como motor de grandes pasiones, es real, se siente, pero no necesariamente encarna un gesto amoroso. A partir del amor a mi patria, odio la otra…y así infinitamente en los ejemplos.
Cada nación e imperio va definiendo su Yo, al que amo o debo amar, plasmando su diferencia e irreconcibilidad con el otro. O dominándolo, para transformarlo en una matriz de un yo, que se asume como el ideal a construir.
De ahí quien no comparte los imaginarios de imperios, potencias locales o tribus son el otro, el bárbaro, incivilizado, pagano, hereje, terrorista, indio etc.
Así en mi país, como en todos, según su momento histórico, se pudo ejecutar, hacer desparecer y considerar no humanos, si no humanoides a quienes diferían del planteamiento de sociedad, que un corpus coyuntural implantaba desde su autoritarismo.
Constantemente definimos y pre juiciamos al otro-otra, desde el lugar que habitamos, desde una verdad institucional, desde nuestros deseos, desde la ideología política partidista, desde nuestras emociones, sustentadas en odios, superioridades, descalificaciones, que se impugnan en pos de la sustentación de un poder, donde la diferencia es un desvío, un error, una marginalidad a las ideas centrales de un sistema.
El no ser como, gatilla la desvalorización, e incluso la destrucción de los otros y otras.
La iglesia definió en su instante quien tenia alma y quien no.
La globalización actual pretende la uniformización del ser, para gatillar consumos culturales, y de mercancías, dirigidas a un consumidor pre construido, permitiendo así los crecimientos industriales uniformes.
Esta claro, que desde los conglomerados del centro, es donde la globalización se construye y define, no será la vestimenta de un huaso que se transforme en signo de un vestuario global, ni la intervención sobre un muro en Valparaíso, que será el nuevo arte contemporáneo.
Por ende, hoy nos preguntamos quien definié lo que es el arte, o las voces e imágenes que construyen un teatro contemporáneo.
Quien define, cuales son los gestos de creación “sublimes” que deben ser los referentes para la continuación de la creación artística.
¿Desde donde se auto impone , lo que es el patrimonio y acerbo cultural de una especie.?
Los dramaturgos Chileno del SXIX, sin duda no se constituirán en los modelos del teatro clásico mundial, hasta que Chile no sea un imperio, de hecho son obnubilados en su propio territorio.
Hoy sin duda, es la cultura de mercado, quien difunde, y señala cuales son los actos “artísticos” relevantes a globalizar,
El yo centro, construye así los modelos artísticos, culturales y políticos y sitúan lo externo a este, como lo excéntrico, el centro local debe modelarse y permitiran su existencia en la medida que se incorporé de manera subyacente a los paradigmas de su “liberal” visión sobre, como debe ser un producto cultural. La recompensa a la adscripción o sumisión, permitirá que los inversionistas culturales, puedan manifestar algun interes en aquellas manifestaciones, incluso difundirlas.
Este fenómeno de pre definir al otro, parte desde el núcleo más ínfimo, desde la supuesta estirpe familiar, a la recriminación del vecino, al del otro barrio, al de la región, que no habita la capital, hasta el país fronterizo, al oficio que se ejerce, a la vestimenta etc… y así él circulo de la discriminación se desenvuelve en espiral desde lo micro.
En este contexto se construye la noción de marginales.. Una marginalidad que vista desde otro lugar, se considera el centro. Donde lo marginal es lo institucional.
En todas las capitales de de nuestros continentes, están los monumentos de generales o próceres cuya mayor acción fue vencer – destruir al otro, lo que los convierté en iconos de heroísmo y modelos de virtud.
Lo políticamente correcto de la no-discriminación, de clase, genero u origen son discursos momentáneos, ideas de convivencia aparente, que se niegan, ante cualquier situación donde esa alteridad se transforme en una “amenaza”.
Así la existencia de ejércitos es la materialización evidente de una defensa frente a la existencia del otro. Individualmente no podremos asesinar so pena de cárcel, pero un soldado de la nación podrá conquistar y exterminar al otro, al ejercer su patriotismo.
Él yo central construye así la desvalorización del otro y lo impele que su meta y deseo o sentido de vida sea llegar a ser ese yo central, para acceder a los beneficios y reconocimiento social de esa pertenencia, llevándolo a negar su alteridad para poder convivir y acceder a ser miembro social.
La creación y el arte pueden a veces ser parte de la idealización de la diferencia,como develadores de los mecanismos de esta.
De igual manera los otros y otras buscaran maneras de instalar su diferencia y destronar a quienes los discriminan
Así lamentablemente la armonía del yo con el otro-otra pareciera un deseo de candidata a Miss Universo, que pide que no hayan mas guerras y que todos vivamos como hermanos.
Ramón Griffero