Revista Apuntes
Ramón Griffero
La Ausencia de un Creador
Andrés Pérez
LA LLEGADA
Prólogo
Desde un ventanal en un sexto piso de la calle Corrientes observábamos con Andrés como su hijo tocaba el saxo frente a las puertas del Teatro San Martín, ahí entre el ruido las luces y el silencio, emergían las voces..Fin del prologo..Este sólo para señalar que puedo hablar de Andrés desde multiples lugares, lo escrito en este artículo es solo desde uno de ellos.
Un par
Con Andrés desaparece de nuestro mundo inmediato un par, entendiendo como esto a alguien que compartió con uno un fragmento de la historia, de un país, optando ambos en este periodo por la creación, por el arte escénico. Encontrándonos así en los diferentes instantes de este transcurso..
Cada uno con sus miradas y preferencias disímiles frente a las formas de representar pero unidos en las mismas grandes opciones en el rol del Teatro en nuestras vidas y para nuestro entorno.
Si bien nunca nos tocó participar en un trabajo de creación, intermitentemente sabíamos mutuamente de nuestros trabajos, de los proyectos en curso.. compartimos algunos de los mismos actores (Manuel Peña- Erto Pantoja- Claudio Rodríguez- Ximena Rivas- Maria Izquierdo -Cristian Soto ) fuimos profesores de los mismos cursos de nuestras Escuelas..etc. Si bien esto puede parecer anecdótico..con la distancia y la ausencia..se percibe la unicidad de estas situaciones y los lazos invisibles que estas crearon en ese sentido sin duda es la ausencia de un par. De un amigo artístico intermitente pero siempre presente…
Nos enfrentamos a la decepción frente a una emergente democracia, que se olvidaba del arte y de la cultura y no sabía recoger proteger y difundir a las creaciones y a los creadores de su país.
Y hubo que adaptarse a las nuevas condiciones sociales que no generaban necesariamente..las grandes ambiciones que se esperaban para la cultura del país , creación de Teatros Nacionales, subsidios a los grupos de trayectoria, concesión de espacios y un Ministerio de Cultura o institucionalidad que gestara lo anterior.
El primer encuentro
Fue en una reunion programada para conocernos a fines 1982 que data el primer acercamiento.
Yo venía llegando de un exilio con miradas y visiones de otra dimensión ya habituado a un mundo artístico alternativo, democrático..me acompañaba Herbert Jonckers que ya su presencia, sus zapatos puntudos ,su pelo teñido y sus diseños espaciales..eran en si la materialización de la descontextualización.
Nos invitaron a ver un callejero en la plaza al lado del cerro Sta. Lucía…esperando tal vez encontrar un sincronismo con el «under-artístico» vivido en Europa.
Pero los zancos-la música en vivo..las mascaras, esta irrupción teatral..en medio del desierto..fue bastante desconcertante..me retrajo a las ultimas imágenes previas al golpe..recordaba los hombres con zancos que antes se paseaban por las calles de Santiago realizando publicidad, y a algunas imágenes de las protestas anti Vietnam del Bread and Puppet. Pero sobretodo al resurgimiento por otra generación de elementos de memoria de la imagen cultural, cuyo signos por corresponder al la del «enemigo» habían sido aniquiladas.
-El grupo de actores que lo rodeaba reflejaban sin duda una propuesta alternativa a la opacidad del medio…los pelos largos, los pies descalzos..los tejidos. si bien correspondían a una estética étnica-hippie..(asociada a la izquierda cultural). En ese contexto todo era claramente una expresión de resistencia.
-Luego algunas mañanas, veía cerca de mi casa en el parque Bustamante a este grupo realizando entrenamientos corporales..coreografíasetc. Una situación urbana completamente sui generis al espíritu de la época…Sin duda había una energía, una presencia de algo que se gestaba.
Ahí frente al parque Bustamante estaba la casa de Agua..Residencia ad hoc al grupo y lugar de representaciones y fiestas.Sin duda era un micro mundo que abría su espacio en medio de la tempestad.
Asistí a las primeras fiesta espectáculos ..De manera incipiente pero con fuerza podemos hoy con la distancia ver que se generaba una concepción de una teatralidad inserta en convivencia con el publico..la noción de rito y fiesta que luego marcaron las grandes producciones de Andrés..ya se denotaban y se proponían en estos encuentros.
Aun las formas de lenguaje escenico no se delineaban eran referenciales a lo que en la Latinoamérica de los setenta era considerado como «teatro popular»..
Recuerdo a Aldo Parodi repartiendo marraquetas al publico..(Comunión) esparciendo harina..y Andrés realizando una coreografía con la bandera Chilena…
Pero también se presentaban los perfomances de Vicente Ruiz..en un montaje llamado las Novias como obras completas de realismo popular dirigida por Willy Semmler.
Si bien estas propuestas desde un punto abstracto artístico, no constituían una «innovación» al arte escénico..en si Se deslumbraba a un líder artístico de una generación y a la potencia que surgiría posteriormente para hacer de Andrés uno de los hitos del teatro latinoamericano contemporáneo.
Una corriente de la identidad
Entre los múltiples fragmentos que han ido conformando nuestra identidad o por lo cual nos identificamos o nos reconocemos como Chilenos..Se reconoce como los montajes de Andrés reafirmo, potenció y reconfiguro una de las corrientes de nuestra identidad.
Haciendo de sus montajes un acto de memoria frente a signos ya ausentes de nuestra cotidianidad urbana. vinculando sus obras a esos multiples Chiles.
En montajes como «La Negra Ester»-«El Desquite»-«Chañarcillo»-«Nemesio Pelao»..nos re vincula al Chile republicano pre-Mercado, aquel de los latifundios, de un mundo rural ya desaparecido, al mundo de los «antiguos pobres» sus amores y sus relaciones con el poder..Iconos de un Chile rural-originario, lugar de identidades y memoria.
A un mundo que ya es de ficción y que la teatralidad revive ya como una mito. Reconstruyendolo en el arte escénico, realizando en su ficción el acto de perpetuar las leyendas de un territorio que van constituyendo las partes de su idiosincrasia.
La Recuperación de los signos
Para un breve entendimiento de lo anterior hay que recordar que en un país polarizado e ideologizado..la derecha recuperó para si los iconos de la zona central, la casa de greda,el sauce, el fundo, los huasos, hasta los caballos y la carreta de bueyes..frente a esa identidad de país donde hasta la tonada era parte de la iconografía de una polarización (Los Huasos Quincheros)..La izquierda se armó de una iconografía proveniente del Norte del país,( a pesar que el Norte Chileno se construye a partir de la industrialización minera salitrera- cobre.).como contrapunto al originario campesino de la zona central, tomo el originario campesino del altiplano, (que en si es originariamente Boliviano-Peruano) ..(Quilapayun-Intiillimani) Así si la derecha se apodera de la guitarra, la izquierda se apodera del charango y el bombo .etc. . Para la izquierda la peña, para la derecha la fonda..(dicotomía hoy felizmente en vías de superación).
En este contexto cuando surge el montaje de la Negra Ester ..Primer montaje popular de la democracia es al mismo tiempo el de la reconstitución de una identidad ideológicamente fragmentada.
En el sentido que en este montaje y en los siguientes Andrés , hace desaparecer la polaridad antes descrita y recupera para el arte ..para un pueblo la unidad de rasgos culturales. Al introducir ambos iconos ideo logizados de un país..En un espacio teatral que hace desaparecer esa dicotomía y los reconstituye en su unidad, resituandose en un arraigo popular.
El Norte y el Sur (En el caso del «Desquite» es una reapropiación total de los iconos del valle central) como parte de una unidad que va mas allá de la división antes descrita, (cuestión reiterada en «Nemesio Pelao»)
Logrando asi en estos montaje el rencuentro del publico en el teatro con la memoria de un pais ya no fragmentada,
por las ideologías pero restituyendo su propiedad, para cada uno de los espectadores.
Si bien este articulo no tiene la pretensión de generar una análisis de una propuesta escénica, amplia y diversa,considero que la perspectiva anterior si permite deslumbrar la construcción de una teatralidad que se apropia de su territorio mas allá de su contingencia material y lo reencuentra a través de lo espiritual en tanto como expresión de lo llamado idntidad de un país. Y en los elementos que puede articular un arte situándose en un más allá de una contingencia pragmática. Esto solo es producto de la creación.
Refutando con esta perspectiva argumentos argüidos desde la ideologización de un teatro «de gusto de todos.»
Así su propuesta recurre también a un elemento unificador, que quedó al margen de esta polarización que fue el circo..El circo chileno espectáculo de tradición y que convoca en pueblos y ciudades lo transversal de un lugar.
Recordemos que fue la carpa de un circo con otro Parra que provocó la quema de este lugar de representación en 1977 por «agentes desconocidos»..
Situando estos agentes el uso deliberado de una carpa de circo, como signo de subversión al ser un signo asociado a lo «popular»i.e a lo democrático.
Una carpa de circo ya es en si un espacio que representaba un apertura a lo social, sin discriminar el acceso al publico..Recordando que en épocas de la dictadura..las salas teatrales eran lugares..que por su situación y estructura generaban un distanciamiento.
De ahí que espacios alternativos como El Trolley (un ex galpón ) o Matucana ( Un ex estacionamiento de autos ) connotaran signos de diferencia y generaron un publico alternativo, disidente, transversal y masivo.
Vemos como la propuesta de Andrés al anclar la teatralidad en un lugar de identidad como la carpa de un circo, refunda y convoca. Donde espacio escénico- escritura se anclan en lo reconocible y significativo de un país.
DIATRIBAS
La muerte de Andrés concitó, el lamento unánime del mundo político social, asumido,como la perdida de unos de nuestros creadores..
Pero Andrés Pérez no era el director de la División de Cultura, ni el Director del Teatro Nacional, ni agregado cultural tampoco fue director de la Escuela de teatro de los espacios universitarios U.Chile o Católica, no era asesor en cultura del presidente Tampoco era director artístico de los escasos espacios escénicos públicos.
No era conductor de programas de TV ni invitado a sus estelares, tampoco galán de teleseries.
(Para el lector extranjero hay que señalar que una situación sui generis donde varios de nuestros connotados actores de teatro como directores contemporáneos de escena son a su vez los protagonistas de las teleseries nacionales)
Feliz hubiera sido Andrés director del teatro Municipal ( Teatro financiado por el presupuesto de todos los chilenos). No, en su lugar hay otro Andrés…quien realizaba las galas para Pinochet y ofrecía cócteles a los generales de la represión en aquel lugar. Sin embargo aun se mantiene en ese lugar publico.
¿Es esa la posición éticamente correcta para las institucionalidad cultural Chilena?
Algo inexplicable para cualquiera persona del mundo Cultural occidental donde los espacios institucionales de la cultura los ocupan quienes se destacan por sus creaciones artísticas.
Podríamos decir que en Chile históricamente al «marginal» en tanto discursos y opciones no concentricas, se lo acepta y se le alaba solo después de muerto.
Marginal por tener un discurso propio, por generar creaciones que integran nuestra memoria de país, marginal por ser moreno, de Tocopilla y no compartir las opciones sexuales de la nomenclatura.
Marginal por optar solo el arte escénico de manera autónoma como su forma de vida. Y recalco que lo marginal es una adscripción hecha desde el centro y no deseada por el creador, quién no aspira más a que su creacion pueda situarse en lugares financiados, para poder proyectar y consolidar su trabajo.
La creación y el talento en ese marco de pensamiento idiosincrásico nacional, son cuestiones menores predomina..el clasismo, y los temores frente a las posiciones fuertes.
Lo aceptamos, nos conformamos, una muerte mas, no cambiará la idiosincrasia de la mediocridad..
En ese contexto La muerte de Andrés Pérez desenmascara una vez mas las verdades de las conductas.
Que s ebañana en el jolgorio de las hipocresías, donde la retórica de los afectos por la creación no son mas que discursos de ficción. Y el amor por la cultura de mercado es donde pareciera situarse los verdaderos sentimientos.
A pesar de lo anteriorel legado de Andrés trasciende, todo lo anterior.
Varias veces discutimos y pensamos ingenuamente que la llegada de la democracia..respaldaría aquellos que mantuvieron el arte en medio de la dictadura..
Pensó que el modelo del teatro Francés que otorga espacios a sus creadores, sería posible, o que las compañías se consideraran teatros nacionales , (como en Brasil. Venezuela etc) y se les diera un subsidio permanente..
La realidad fue mostrando que estas opciones tan reales aquí se transformaban en utopías ..irrealizables. Que más había que mrealizar, para demostrar lo contrario.
Estas diatribas solo tienen como fin su registro, para que futuros investigadores o creadores teatrales, se den cuenta que su época reitera lo de la nuestra, o utópicamente se impresionen sobre una realidad que esperamos para ellos ya sea prehistórica.
Los sueños posibles en un lugar imposible.
Uno de los grandes deseos de Andrés, y de muchos creadores teatrales fue la constitución de un elenco estable..( el periodo de los elencos de renombre de los setenta Bread and Puppet Mnoushkine- Barba) propiciaron la constitución de elencos comprometidos con una estética teatral, donde el elenco transformaba el proyecto teatral en proyecto de vida. Con su espacio y su repertorio, permitiendo la continuidad de la existencia y de un trabajo con proyección.
El espíritu de época imperante y desde los ochenta, estableció condiciones que esta utopía del grupo teatral como el sitio de renombre y marca de un discurso se desvanecieran y fuera tan solo el nombre del Director -autor, lo que llevara la firma..un montaje de… y no mas un montaje de tal compañía . dado que las compañías se transformaron en virtuales…(o en nombres de fantasía como se dice en el ámbito comercial) .
Finalmente las compañías se reducen a dos nombres que mantienen la marca..
Así el gran teatro circo,(como todo quien desea establecer una compañía) es atacado por los temporales de la época, y la posibilidad de constitución de un elenco estable se hace irrealizable…( para cada nuevo montaje nuevos actores).
Si bien el creador mantiene el espíritu ..no se logra la continuidad del camino colectivo.
En ese contexto las ansias de un espacio propio y financiamiento continuo fue una búsqueda de Andrés continua. para la concreción de este proyecto. nunca llegando a su realización final
Así el gran teatro circo, como la memoria o el mismo teatro fin de siglo o teatro imagen y tantos otros ..representan la soledad , o el sueño de la creación en una época incapaz de contenerla.
Epilogo
Después del estreno de La huida. Celebrábamos en un lugar , comentando, ironizando sobre las referencias, acumulando anécdotas para escribir el best seller de «La historia negra del teatro Chileno.» La alegría post estreno se detuvo un instante cuando comentamos que la Huida podría ser el inicio de una continuidad, de una trilogía .
«Esa va ser fuerte» me dijo se va llamar… «La Llegada.».