ARTE Y SUBJETIVIDAD EN LOS ALBORES DEL SXXI

El lugar de construcción de las verdades escénicas y las ficciones sociales.

El tema de este encuentro me lleva  a un  enjambre de ideas  y planos narrativos,  donde la palabra no trata más que ser un agente dilucidador de una temática inabarcable.

El pensamiento, la cultura y la subjetividad, es el tema  que convoca, pero la palabra sólo es un resumen, acota un presente, sin poder contener aquello que debemos enunciar. Dado que la temporalidad  del presente de un hablar, no logra abarcar el paralelismo o simultaneidad de los planos narrativos que constituyen la idea. 

Podríamos concluir, que el lenguaje es nuestro tirano censor y funciona a su vez  como el unico medio, conciliador de nuestras pulsiones y deseos, de ahí  el constante renacer de discursos , que buscan reelaborar sus conceptos,  re nombrar las situaciones y los conflictos de una especie, que siente que a través de la palabra y el dialogo  logrará   domar los instintos de su renegada deformada esencia, pero solo llega a elaborar  un auto criticismo eterno. Un cristianismo constante para expiar las culpas de nuestro hacer.

Desde que lugar se habla, o se narra, desde que lugar dirimo ideales, que son solo silabas o ficciones.

Pareciera que hemos llegado a uno de los tantos bordes, de no creerle al lenguaje, por ende a los discursos que este elabora. Dudamos de nuestro pensamiento ya que su practica nos traiciona.

Destruida la verdad escénica del discurso, el ideal de   la utopía sigue existiendo en las formas de representación llamadas imaginarias, pero que nunca llegarán a ser una realidad operativa,  ya que la incapacidad de la especie de concretizar su deseo en un orden social imaginado según lo escrito, se ha vuelto una constante o la manera única de ser o existir.

La palabra de Cristo,  como la de Marx ,finalmente  no han sido mas que deseos incumplidos y cualquier elaboración de la humanidad de sus principios, terminan siendo justificadas, como practicas  sociales erróneas.

Sin embargo,  mantenemos nuestra fidelidad a la ficción que

sus ideas proponen.

Hay una relación entre la teoría y la practica que podríamos resumir en el hecho escénico, de que nadie puede hablar como escribe. Los soliloquios de nuestro pensamiento pueden solo existir, en la literatura, el cine o  representarse en el teatro donde un actor puede hablar como se escribe, al interpretar un  texto previamente elaborado.

Pero nunca podra construir ese hablar, fuera del escenario, pareciera así, que solo en los espacios de la ficción se puede materializar una escritura.

Desde esta perspectiva podríamos ver las luchas ideológicas del S. XX,  como intentos de representacion de ficciones, en los contextos equivocados de creacion.

Descontextualizaron lo escrito, las ideas, de su dimension imaginaria, tratando de materializar la ficcion, es decir hablar como se escribe.

 Es precisamente en esta reflexión donde surge el enjambre de lo que hablo, y abordar el  discurso inabarcable de saber donde limitamos la subjetividad de la objetividad  o por decirlo de otra manera, cuando estamos en lo correcto o en en lo incorrecto, según la mirada de quien.

De ahí que Rousseau al pensar en la democracia, no habría mas que escrito poesía,  o  una comedia recordando que el era un gran escritorde operetas.

Siento al escuchar discursos sobre  la realidad, escuchar escenas de obras, haciendo eco de narrativas,   algunas llenas de lugares comunes, otras profundamente indagadoras en la palabra y la acción.

Hay una historia de Chile escrita desde 1700 hasta nuestros días, en las miles de obras de nuestros dramaturgos, en ellas sin duda encontraremos registros de nuestro acontecer y elaboración de sentir, textos  tan subjetivos, pero tan objetivos, son como radiografías de los pensares, que participaron en la construcción de nuestro territorio.

Sin duda esto resuena como una defensa desde el lugar de donde uno ha escogido para hablar o el lugar escogido para señalar una existencia, que es aquel desde el arte.

Y hablo del arte y no de la cultura, para señalar una diferencia de oficio, uno nace en la cultura occidental y realiza el oficio de dramaturgo.

El  hablar desde los otros lenguajes que surgen del area  señalada como arte. No se asume que se está hablando desde la subjetividad de un pensamiento, ya que sería pretender la imposición de una mirada personal, única.

Hay una constante,  en el  deseo de manifestarse a través  del arte,   que es el apropiarse de  un medio de comunicación, que no tenga un propietario controlador de ese medio.. Es decir la construcción de una instancia que permita la  autónomía de su hablar,

Lo que no implica  una objetividad, o subjetividada plena, ya que el hablar desde el lugar del imaginario, no está desligado de lo existente,  ni de la historia, ni del espíritu de época  en que se habita. Es tan sólo un lenguaje de expresión,  elaborado a partir de los codigos y la  historia de cada expresión artistica. Quien narra, del amor  o de la relación con su padre, habla de su existencia, de una familia y de sus deseos, instancias sociales, emotivas,  que son  colectivas a los habitantes de este planeta.

Es  imposible nutrirse de un imaginario extraterrestre.

De ahí que considero una leyenda, aquello, de la imaginación del artista, en el sentido de crear a partir de inspiraciones de las musas. Los gestos de creación surgen a partir de estados emotivos, sentidos de vida y en la reelaboración  de los códigos de su entorno estructurados desde la continuidad de lo lenguajes artísticos, lo que implica un saber.

La búsqueda de nuevas formas para expresar los contenidos  de la especie, la construcción de ideas que son imágenes o representaciones que reemplazen el verbo, es la función del oficio.

El arte parece subversivo, en su primera instancia cuando aun no es incorporado a la cultura pero luego al integrarse a esta se vuelve patrimonio. Sin duda no podemos hacer una apología del lenguaje artístico, como el lugar no contaminado, ni podemos atribuirle poderes liberadores y mesiánicos.

Dado que según las ficciones imperantes, hay arte religioso, populista, ideólogico y arte de mercado.

Es la relación arte saber, arte y política,

la que nos entrega nuevos contextos al  quehacer artístico.

Pareciera que la política en el s xx se auto valorizaba al estar aliado con el arte, pero anulaba  a este si iba al más allá del imaginario de la política institucional o si la mirada artística daba otra lectura a las ideas matrices del quehacer material de una  ideología.

El arte fue un aliado y un representante de las ideologías sean estas de diestra o siniestra, actuando como constructor de valores y reflejo del avenir o del orden social que emergería.

No se puede inventar la frase del hombre nuevo, si esta no va acompañada con una representación artística de este mismo ya que esta frase se apoya en  un discurso del futuro, por ende de lo no existente, es de la ficción.

Las ideologías al proponer un futuro, el arte como lugar de lo no dicho, se transformó en un aliado inherente.

Hoy que la política no representa, ni propone imaginarios del avenir,  ejecutando roles. como administrador, conserje o asistente social de un sistema  presente, (el neo-liberalismo) ya no necesita de una alianza artística.

Así da lugar a la cultura de mercado, el espacio de la entretención ganada,  un lugar para disponer del tiempo libre.

La política se resitua en  la objetividad y el arte retoma el espacio no valorado de la expresión subjetiva individual, del hacedor solitario, encerrado con fantasmas propios. Creador@s que antes de generar psicopatías, puedan distender sus energías en instalaciones o intervenciones urbanas, que permiten adornar nuestra ciudad.. Así podría pasar la creacion artística, al área de aseo y ornato de la sociedad.

Las representaciones o lenguajes  emergentes del arte vuelven a ser marginales a la operatividad del sistema. A su vez estas ya no  manchan ni su cerebro, ni sus manos con proclamas que al pasar del imaginario a la realidad sólo lograron convertir los sueños en pesadillas, donde el arte quedó de mero cómplice de la construcción de ideales fallidos.

El arte desligada del yugo político institucional,  las y los creadores liberados del compromiso social impuesto o  pre determinado..Se enfrentan al leguaje artístico y se ve confrontado a hacerlo representar y hablar desde sí mismo. Ya no hay quien le entregue el slogan. la consigna,  la razón porque morir.

Alguna vez se pensó que la representación le quitaba espacios al poder, extrañamente le quitaba sólo espacios al poder  de las derechas, nunca al otro, hoy queremos pensar que es el lugar de la anti globalización. Pero desde un escepticismo podríamos decir que no es más que el espacio para el  registro de nuestros estados y espíritus.  El registro de  diversas percepciones de una realidad y guardian de la memoria de los inconscientes colectivos,que serviran de base de datos para las ciencias sociales. (si estas logran descifrarlos).

Pero aún es el lugar que puede hablar de la muerte,  de  la emocion de un  cuerpo, del  sentimiento del ser galáctico y tantos otras, dimensiones que para la política partidista, le esta vetado, o más bien esta ausente.

La creación, se sumerge  en el entramado social y deja de ser privativo de un individuo, vemos como emerge una creación social, que desea manifestarse ya no a traves de los discursos politicos, una que  desea conectarse  con nuestra existencia en un planeta, en un universo, que se relaciona con esté en un mas allá de los hechos domésticos, sino a traves del deseo de construir espacios de felicidad.

Donde podríamos decir que la unica conciencia revolucionaria, que liberaría a la especie del yugo y de la explotación  del capital,  será aquella de la conciencia de la muerte, que es el inconciente del lenguaje artístico.

Ramón Griffero

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